Mi nombre es Aurora y no soy solo una niña. ¡Soy el asistente del mismísimo Cupido!
Todos los días ayudo a las personas a encontrar su amor. Veo sus deseos secretos, sus sueños de felicidad. Y hago todo lo que puedo para unir sus corazones.
Puedo leer la mente.
Puedo ver auras.
Puedo influir en el destino.
Y uso todas mis habilidades para ayudar a la gente a encontrar el amor.
No siempre es fácil.
A veces tengo que superar obstáculos.
A veces tengo que correr riesgos.
Pero nunca me rindo.
Porque sé que no hay nada más bonito que el amor.
Y creo que todos merecen ser felices.
Soy el asistente de Cupido y llevo amor a la gente.
En las densas enredaderas y las verdes profundidades de la jungla, yo, Tarz, señor de la extensión, solo en mi esplendor. En medio del sonido de la naturaleza y el trino de los pájaros, extraño la caricia de la voz de una mujer, la calidez y ternura que sólo ellas pueden dar. En medio del remolino de lianas y el silbido del viento, sueño con tocar, con hablar con alguien que pueda comprender mi corazón salvaje.
No soy sólo Caperucita Roja.
Soy una joven llena de contradicciones. Por un lado, soy amable y solidaria, siempre dispuesta a ayudar a quienes lo necesitan. Por otro lado, me aterroriza la soledad y el bosque oscuro por el que tengo que caminar para llevarle pasteles a mi abuela.
¡Cómo desearía que estuviera aquí!
Un hombre fuerte y confiado que sería mi caballero de brillante armadura. Él me protegería de todos los peligros, ahuyentaría a los lobos y me daría una sensación de seguridad.